lunes, 7 de febrero de 2011

Tres escenarios del despido de Carmen Aristegui de MVS

CARMEN COMBATIVA

Eran las siete de la mañana del lunes 7 de febrero cuando llegó la primera llamada para preguntar mi postura respecto al despido de Carmen Aristegui de MVS Noticias.

Aún aturdida por la noticia comencé el rastreo de la nota. Javier Solórzano era ya blanco de los mismos cuestionamientos. Así comenzó a fluir la información, como surge de primera mano, de corrillos, de decires, de las primeras publicaciones, y de los más de mil mensajes de twitter al respecto.

Carmen Aristegui es una vez más, no la noticiera matutina, sino la noticia en cuestión, y esta vez, el festín de los luchadores pro la libertad de expresión.

En el sentido estricto de los hechos, diríamos que Carmen se fue de la nota primigenia, que era la toma de la tribuna legislativa por parte de algunos legisladores del Partido del Trabajo, y se fue del suceso al terreno del cuestionamiento que manifestaban Gerardo Fernández Noroña y sus seguidores, en el sentido de la supuesta adicción al alcohol del presidente Felipe Calderón.

En la versión de los simpatizantes de la conductora de la primera emisión de MVS Noticias, su despido, el domingo a las cinco de la tarde, era una secuela de las desavenencias entre la presidencia y la comunicadora.

Así, la tarde del lunes, y pese a ser un día festivo, se realizó una plantón en las instalaciones de la empresa radiodifusora MVS en favor de la restitución de Carmen Aristegui. El silencio de la periodista fue pues, la reacción de la primera afectada.

MVS EL QUE PAGARA LOS PLATOS ROTOS

La familia Vargas, concesionarios de la frecuencia 102.5 de FM y del canal 52MX ha sido quien de facto, ha llevado a cabo la disolución de la relación laboral de Aristegui con esta empresa, y es además, quien cargará con las secuelas de las quejas públicas por el despido de Aristegui.

Pero aquí cabe que, tal y como lo indica el comunicado expresado por MVS, este mismo lunes, escuchemos también, las razones del cierre de la serie radiofónica de Carmen.

El derecho a proferir ideas, verídicas o no, es una garantía individual universal, pero también, el asumir las consecuencias de un comentario que pusiera en entredicho el derecho, garantía individual también, del habeas corpus o derecho a preservar información sensible (particular o pública) de un individuo.

Hoy y al fragor de los seguidores de Aristegui, pareciera que Joaquín Vargas, Gaby Vargas, Alejandro Vargas y todos y cada uno de los concesionarios de MVS Comunicaciones, fuesen represores o sujetos alejados de la honestidad humana. Cosa del todo falta de verdad, pues si ha habido individuos más solidarios y “echados pa’elante” en bien de Carmen Aristegui, han sido justamente, los Vargas.

Y aquí acudo a recordar a todos que en enero de 2007, fueron ellos, quienes reabrieron los micrófonos a la periodista, asumiendo en todo caso, la responsabilidad, no sobre los contenidos de la periodista, sino sobre la emisión que en común acuerdo, realizarían con un horario de 6:00 a 10:00 horas y de lunes a viernes.

Por ello, es necesario, que antes de que nos lancemos a “hacer una cacería de brujas” en contra de la familia Vargas, o de su presión para sacar a Carmen, recordemos que toda empresa radiodifusora dedicada a la emisión de noticias y entretenimiento, guarda un Manual de ética, y líneas editoriales, que en prensa escrita se llaman “líneas de oro”, y que la empresa y los trabajadores firman para llevar a cabo.

Desde la vivencia que esta periodista ha documentado en más de diecisiete años de seguimiento a las concesionarias de radio, invito a la opinión pública a que no denuesten a la familia Vargas y a MVS Comunicaciones, pues ellos son, empleadores de Aristegui, no verdugos de la libertad de expresión.

¿LA PRESIDENCIA ES UN ENTE O UN SUJETO?

Es claro que Carmen, no buscaba dañar al ciudadano presidente de la República, pero esta aguzada periodista, cayó en un acto de provocación que el legislador Gerardo Fernández Noroña puso ante el estrado legislativo. Tal vez no era la bala mediática dirigida a Aristegui, sin embargo, es una lástima, tocó a ella, cuestionar un texto presuntivo y plasmarlo en el escenario equivocado, el público; pues, si bien, es de interés público el estado de salud que guarda el jefe del ejecutivo, esta es información personal que no sería factible cuestionar, a menos claro, que se tratara de la evidencia clara de haber cometido actos públicos visibles que detentaran la labor de Felipe Calderón como presiente de este país.

Duele mucho que los legisladores en su rebatinga política no reflexionen acerca de las trampas mediáticas que azuzan a los periodistas, aún siendo simpatizantes o no, de sus fracciones políticas. Carmen Aristegui ha sido y es una mujer combativa, que se ha movido en el filo de los cuestionamientos fuertes a las autoridades de toda índole, en eso claro, no hay dudas, pero así como quien juega a tragar fuego, hay un riesgo a salir quemado, y a ser blanco, para bien y para mal, de la victimización social.

Estamos ante un caso muy delicado de la aplicación del derecho a la información, y del derecho a la protección de datos personales de un ciudadano, que nos guste o no, conservará para si, la garantía al resguardo de sus datos personales, mientras Carmen cae ante una “chamaqueada mediática” que, por supuesto, no le va a quitar el sueño a Fernández Noroña, y por desgracia si, el trabajo a la periodista Carmen Aristegui. Y peor aún, cuestionará al ojo de la opinión pública que escuchaba a Aristegui, la valía de una de las familias de radiodifusores que mejor se ha adecuado a la libertad de expresión en México.

Ahora es derecho de todo lector, ceñirse por voluntad propia, a cualquiera de las tres posturas: la de Carmen Combativa, la de MVS como empresa que pagara los platos rotos, o la de la presidencia que aún será cuestionada respecto a si es un ente –un emblema nacional- o un sujeto expuesto a cuestionamientos por parte de sus gobernados.