domingo, 18 de septiembre de 2011

¡¡¡YA DESPERTÉ Y LA VENTANA CIEGA AÚN ESTABA ALLí!!!

Hoy es 18 de septiembre la XEW cumplió 81 años de haber iniciado sus transmisiones desde el Cine Olimpia, pero más allá de recuerdos ajenos a ella tengo un delicioso sabor a gozo escuchando las viñetas que el equipo de producción de Televisa Radio han desplegado con motivo de este octogenario un aniversario, y es que han compilado audios de todas las épocas de la Catedral de la radio, con lo que nos obsequian a todos de sonidos y recuerdos invaluables.

Siempre lo he dicho: septiembre es el mes de la radio, tanto por el día del locutor, que sucede el 14 de septiembre, el 18 la XEW; el 23 de septiembre la XEB primigenia emisora mexicana, y el día 30 el aniversario de la Asociación de Radio del Valle de México.

Pero este año ha sido particularmente bello y grandioso en la experiencia de celebrar el gusto de la radiodifusión toda, pues gracias a las comidas que Don Mejía Llosas, Guillermo organiza, las comidas llamadas Gente de Radio, el primer miércoles de cada mes, he tenido la grandiosa posibilidad de ver a tantos compañeros y compañeras de labor, que de otra forma sería imposible.

Quizá suene frívolo, pero estoy convencida que Guillermo Mejía Llosas de verdad nos está devolviendo la dignidad pérdida, nos obsequia de este amor que hay entre compañeros de amor: la radio.

En particular este mes coincidí con Don Jorge Quintero, con Jorge Antonio Rodríguez, con Judith Delgadillo, con Manolo Fernández, con Mari Carmen Moncada, con su hermanita Lola y esposa de Quintero y con Marcela Moncada lo que resultó en una convivencia grandiosa, en un homenaje excelso para Jorge Quintero e indirectamente a Don Ramiro Garza.

Esto de usar el DON lo digo no por falta de amistad, sino por la grandeza de mis maestros de la radio.

Aquella velada en casa de Judith me enseñó mucho, pero particularmente que quien ama el oficio de la radiodifusión lo lleva en las entrañas a tal grado que, como Jorge Antonio Rodríguez Gudiño, se puede cantar mejor aún que José José. Esta noche inolvidable escuche anécdotas radiofónicas que sólo requerían de una grabadora, un micrófono y estar al aire para que cualquier radioescucha llorara de alegría. Yo lloré, por supuesto que si. Lloré por no tener La Ventana Ciega en la radio para entrevistarlos, para que todos compartiéramos tantas vivencias hermosas.

Sinceramente agradezco a Joaquín Gutiérrez Niño y a Guillermo Mejía, así como a Manolo Fernández por hacer cierto el sueño, y refrendar en mí el compromiso de escribir, narrar para la radio y la televisión cada suceso que hace a la radio mexicana lo que es: una ventana ciega, un aliado consuetudinario de cada mexicano y mexicana que la sentimos como nuestro espíritu sonoro. La radio es anécdota y como bien dice Gustavo Alvite Martínez, es eso que sucede entre canción y canción.

¡Ya desperté y está allí, la Ventana Ciega sigue aquí! Bueno, eso, eso digo yo.

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Gracias por la atención e interés en La Ventana ciega