Estamos a unos cuantos días y esta es la ocasión en que he tenido la oportunidad, por segunda vez, de participar sólo como eso, como creativo de radio y no como autoridad, como juzgador, y mucho menos, como organizador.
Sin embargo, irónicamente, esta vez no estará en mis manos que La Historia de la Radiodifusión Mexicana, serie de 43 programas que he realizado para el Instituto Mexicano de la Radio en la emisora virtual Radio 2010 participe:
http://radio2010.imer.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=143&Itemid=125
Digo que no podrá ser así, porque El Instituto Mexicano de la Radio participará en bloque con las muchas y maravillosamente logradas creaciones de Radio 2010, y no sería ni honesto, ni justo, que esta servidora "diera machetazo a caballo de espadas" por lucirse solita.
Digo que me parece irónico, porque haciendo un recuento de los más de 22 años que tengo analizando la radio desde medios impresos, electrónicos y alternativos, siempre parezco como "mediadora", "criticona", "insatisfecha", e incluso, hasta de "metiche" he quedado.
Más de 220 programas de televisión en CNI Canal 40, sumados a más de quince años de series dedicadas a "La Ventana Ciega" a través de Cambio 14-40, Radio Fórmula; Radio Mil y Radiorama, y Claudia Segura sólo ha recibido la estatuilla del Micrófono de Oro de parte de la Asociación Nacional de Locutores que preside Rosalía Boaun... ¿Por qué? La verdad sea dicha, por la intercesión de mis compadres: Laurita Viadas y Ángel Dehesa... Solita... no, no la gano. ¡Ni esa estatuilla tendría!
Quisiera aquí aclarar que no estoy titulada en la UNAM, que he sido tan procaz que, incluso mi universidad alma mater me permitió impartir tres talleres a pasantes, pese a no contar con el documento en piel de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Algo sucede con Claudia Segura, algo que reiteradamente es contrario al comportamiento de su hermana gemela, la doctora en ciencias Patricia Segura Medina, quien siempre ha sabido llegar a los reconocimientos, ha peleado férrea, por eso, por ser reconocida y nombrada y renombrada.
Por favor, quiero que no se mal piense, realmente admiro que Paty sea una mujer tan determinada, tan cierta en obtener un título, un diploma y mejor aún, un crédito justo por sus creaciones científicas.
No. Así no es la vida de Claudia Segura. Claudia Segura es tan reacia a los reconocimientos que, llegó tarde a la entrega de sus diplomas de graduación, no fue a la fiesta de cierre de graduados, olvido inscribirse, ya con el certificado en mano, a la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM).
Claudia Segura ha permitido que se pierdan los audios de sus emisiones, que no se conserven en su propiedad cintas testigos de su participación en El Pozo en CNI Canal 40, e incluso, ha sido poco exigente cuando amigos, desamigos y otros más han quedado con créditos sobre sus programas de radio, textos, entrevistas o publicaciones.
Hay eso si, una sola persona que ha sido una defensora de mis créditos, de mis logros y de mis andanzas, que por cierto, son de ambas; me refiero a Laura Viadas, hermanita del alma con la que he publicado, creado, emitido, transmitido y hasta reído, siempre en la certeza del reconocimiento y respeto mutuo a nuestro trabajo.
Con tanta tristeza escucho y veo créditos ajenos a mi persona puestos en ideas y contenidos por mi realizados que, compruebo mi propio saboteo para reconocer mis creaciones, al grado que... he llegado a la conclusión, irónica desde luego, de que: cuando muera pediré a mi familia -cosa ciertísima-, que mis cenizas se coloquen dentro de mi aparato de radio, para que el aparatejo sonoro quede en una repisa alta del rincón menos solicitado de la Iglesia se San Hipólito (templo de San Judas Tadeo).
Quiero descansar dentro de la radio que me obsequio Álvaro Cueva, y que es una reproducción de un radio de los años cincuenta en Estados Unidos... Allí quiero que sean congruentes, y no me pongan un gran texto, apenas una plaquita que diga: Aquí yace y hace bien La Ventana Ciega (Claudia Segura) oculta siempre al reconocimiento propio y al reconocimiento venido de los demás.
Sé que este texto no es políticamente correcto, pero me ahoga tanto ver "los logros que se reflejan en diplomas, títulos, monumentos y esquelas" que llego a la conclusión de que: yo concientemente, no le daré a la UNAM el momento de otorgarme el título de licenciatura en Ciencias de la Comunicación, ni ascenderé al heroico premio "Nacional de periodismo", ni mucho menos, a un sueldo por ser conductora titular de televisión... bueno, creo que renegaré hasta donde las cicatrices por cesárea me lo permitan, que mis dos hijos son mi logro, porque, si logran algo, espero que lo hagan por si mismos, y no porque Claudia Segura "buscaba ganar reconocimiento alguno".
Este texto créanme, no es un ejercicio de humildad, sino de vil y simple soberbia, de eso, del falso modesto que quisiera que los demás lo reconocieran, porque ya es de harto frustrante, darse cuenta que a menos que uno lo busque, nadie más vendrá a otorgarle reconocimiento a uno...
Este texto lo publico tal vez, en la certeza del no deber ser, sino en el deber de asumir mis propias limitaciones, mis propias negaciones y sobre todo, ante mi agudo malestar, porque los créditos de la Historia de la Radiodifusión en México de Radio 2010, serán eso: "una investigación avalada por la UNAM" y un texto y guión de la doctora Virginia Medina Ávila, y no un ejercicio de tiempo, de esfuerzo para convencer por años al Instituto Mexicano de la Radio, a la Asociación de Radiodifusores del Valle de México (hoy Industria de la Radio del Valle de México), a los directivos del Diario Reforma, a los editores de Milenio Diario, y a muchos concesionarios y radiodifusores más, de que hablar de la radio dentro de la radio, de que analizar y hacer historia resiente de la radio mexicana tiene un sentido y ,mucho más valor.
¡Yo sólo les di hechura a los guiones de estas 40 cápsulas, yo sólo les di mi voz, yo sólo soy la "coordinadora"! ¡y es tan poco..!
En fin, me desahogo, pero no por atacar a nadie, sólo por cobijarme ante mi propia destrucción, ante mi reiterada urgencia de salir de los créditos de mis propias creaciones... Así es de insegura la Claudia Segura... ¡Qué ironía! Bueno eso... eso digo yo!