El Museo de la Ciudad de México es un inmueble excelso de por si, pero si a él agregas la banda de guerra de la Armada de México y la orquesta de cuerdas de Marina, se logra por ende, el más impactante nudo emocional posible.
El jueves 9 de diciembre de 2010 se llevó a cabo desde las 18:00 horas y hasta las 21:00 horas la ceremonia de premiación del Premio Nacional de Locución 2010.
Describir las personalidades allí reunidas sería inacabable, así como narrar la emoción que una servidora sentía por estar entre los cuarenta galardonados de la noche.
Al respecto contaré que en el presidium estaban Rosalía Buaún, presidenta de la Asociación Nacional de Locutores, Jaime Almeida y Heriberto Vázquez, presidente y vicepresidentes del comité de jurados, Francisco De Souza Mayo, presidente vitalicio del Consejo Consultivo de la ANL AC., así como, Antonio O’Farril Tapia (Tony O’Farril) y una comisión de presidentes de todo el país.
La vivencia de escuchar el currículum completo de cada uno de los premiados, y el que fuera hasta el final que se nombrara al galardonado, resultó un regalo doble, pues, de verdad, aún los más jóvenes premiados, como José Luís Arévalo o Federico Canovas, dejaban ver las muchas, muchísimas tareas que hemos realizado todos.
En lo particular, escuchar mi propio currículo vite me enmudeció el alma… ¿En 26 años he realizado tanto? Pero si me faltan tantas tareas pendientes…
La primera de las medallas me la colgó Ulises Damián Tadeo, mi hijo adolescente, quien en mitad de la ovación, grito: -¡eso es todo jefa, eres lo máximo, muy bien..!
Miguel Gutiérrez, el Lobo, maestro de ceremonias del evento incluso dijo… -¡Esa es la voz de un joven hijo que siente y toma conciencia de la labor y trabajo de su madre! Todas las videocámaras y cámaras fotografícas miraron a Ulises, y pese al autismo funcional o Síndrome de Asperger que caracterizan a mi vástago, mi chiquillo no se cohibió, simplemente siguió gritando felicísimo…
Yo no sé que piensen los demás, pero para mi esta fue la primera medalla, la más hermosa…
Cuando me planté en el presidium aún me preguntaba a quién saludo primero, a Jaime Almeida, mi jefe en Milenio hasta hace un año, a Rosalía Buaún, cómplice en todo esto, o a Tony… y dije: A Tony O’Farril, pues no sólo fue mi primer jefe, mi maestro y mi primer amor con sabor a radio, pues ha sido también, el ser de luz que me sonreía alegrísimo… La sorpresa fue que él mismo pidio ser quien me otorgara la medalla…
Estaban allí todos: los locutores que más he admirado en mi vida, los grandes maestros que han dado el sonido todo a la radio, las autoridades del gobierno del Distrito Federal, las revistas especializadas, las televisoras todas, los noticiarios en su conjunto y sobre todo, amigos, hermanos de labor y hasta competidores, que fueron galardonados también, y que en muchos y maravillosos casos, se acercaron a saludarme también…
Frases así como esta: -Claudia, a ti debo la difusión de mi trabajo. Claudia, tus críticas lo desarmaron todo, pero lo rearmaron también, como me lo dijo Salvador García Soto… Entonces, ya no era sólo mi momento de reconocimiento en la locución de La Ventana ciega, sino un regalo maravilloso extra: -me hicieron caer en cuenta de los más de veinte años analizando narrando y contando los sucesos de la radiodifusión nacional. ¡Qué compromiso sentí!
Hay algo más que decir al respecto, los radioescuchas, los lectores, los jefes, las empresas e instituciones de medios, todos somos parte de la industria cultural de la radio mexicana, y a mi me ha tocado la maravillosa suerte y tarea –nada fácil- de estar en el recuento, en la historicidad de todo esto-.
Es un placer infinito, un compromiso, una responsabilidad que aunque suene a anuncio… ¡no tiene precio! mas si aprecio… Gracias particularmente a los radioescuchas, a mujeres como “Conchita” una radioescucha que siempre da con Claudia Segura y su Ventana Ciega en Radio 14-40, en el IMER, en Radio Mil, en Radio Capital, en Canal 40, en Radio Fórmula, en Radiorama, en todos lados… gracias a usted que ama a la radio y nos da a los locutores vida, certeza y sentido, al permitirnos darle sentido a su vida, una escucha cada día.
¿QUÉ PASO EN LA INDUSTRIA DE LA RADIO EN EL 2010?
Resumir el 2010 podría ser complejo, pero lo resumiré en una sola frase: Este ha sido el año de la recuperación…
Si, si bien el 2009 ha sido por mucho, el peor de la industria cultural radiofónica –en lo financiero, pero también en lo social y creativo-, éste, el 2010, concluye, si no en el mejor de los momentos, si ha servido para retomar a la radio educativa, a la pública, y cuanti más a la industria privada de radio.
La antes Industria de la Radio del Valle de México, ahora en manos agraciadas de José Antonio Aguirre Gómez, ha cambiado su denominación ahora como Asociación de Radio del Valle de México (ARVM), con lo que volvemos al verdadero sentido de esta institución: asociar a los creativos de la radio –entiéndase no sólo radiodifusores o funcionarios-, sino a todas las personas implicadas en la Radio como industria cultural, económica y social.
Los grupos de radio privados se suman a las redes sociales de la Red de Redes y no sólo postean sus podcast, sino que entrelazan eventos, tareas e intercambio de información inmediatas entre los radioesacuchas y los emisores.
La radio pública ha logrado en este 2010 hacer mucha historia en el marco del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana, pero también, ha trabajado en la maduración de series que, si bien no estuvieron cambiantes o entrecortadas, como el año anterior, si crecieron. Se contrató poco, muy poco, no hubo cambios practicamente en la programación y formatos de las emisoras, pero la industria radiofónica privada, tanto como la pública, supieron conservar, mucho mejor que el año pasado, al personal, las políticas editoriales estables y las tareas de difusión educativas propósitivas.
Quizá fue el alto índice de violencia, de noticias malas, o la sobrecarga de miedo social, pero la industria de la radio en su conjunto, hubo de abrirse mucho a los temas sociales, a la música, a la radiodifusión de servicio humano.
Aún y cuando evaluáramos al 2010 como caótico y recubierto en malas noticias, hay mucho de hermandad, de servicio, de aumento de audiencias activas que es resultado de una innata solidaridad entre empresas, instituciones, creativos y sobre todo, entre los radioescuchas.
Mi conclusión es que el año 2010 para la radio mexicana no resultó ni tan hostigoso en lo histórico, ni tan abandonado en lo superfluo… ¡qué alivio, somos una comunidad radioescucha exigente, en aprendizaje y a la vez, solidaria y participativa… ¿se puede pedir más como resumen del año?
Dejo fotos del evento... ¡qué las disfruten!
Crónica del Premio de Locución 2010-12-15 Resumen anual de la radio mexicana invierno 2010